Cuando caminas por las callejuelas del centro de la ciudad, entiendes que la ciudad ha tenido un pasado glorioso. Este sector, que se conserva desde 1965, cuenta con un patrimonio edificado notable. Entre los restos de una muralla galorromana, el Palacio Jacques-Coeur, las mansiones y las casas con entramado de madera, el centro histórico ilustra la diversidad de la oferta cultural de Bourges. Sin olvidar su joya, la Catedral de Saint-Etienne, que data del siglo XI y está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1992.